Asociación de Dislexia de Burgos

¿Qué es la Dislexia?

La Asociación está formada  por familias con hijos/as en edad escolar, con dislexia  u otras Dificultades Específicas de Aprendizaje (DEAs)

Índice de contenidos

Definición de dislexia

La dislexia es un trastorno o dificultad específico del aprendizaje (DEA) que se caracteriza por una dificultad significativa en el aprendizaje de la lectura y de la escritura, en ausencia de alteraciones neurológicas y/o sensoriales que lo justifiquen, habiendo recibido previamente oportunidades escolares para su aprendizaje.

Es de origen genético y neurológico, y parece derivar de una alteración del neurodesarrollo. Tiene una prevalencia entre un 8 y un 10% de la población general.

La dislexia tiene carácter persistente y específico.

Específico: sólo presentan dificultades en tareas relacionadas con la lectura y la escritura. (No se consideran disléxicos los niños que tienen un retraso intelectual o madurativo, niños con alguna discapacidad psíquica o física o niños no escolarizados o que estén en situaciones ambientales desfavorables).

Persistente: se descarta el diagnóstico de “Dislexia” en niños/as que presentan dificultades evolutivas a la hora de adquirir la lectoescritura, las cuales desaparecen por sí solas o tras una breve intervención.

kid with dyslexia drawing with pencil and child psychologist looking at it

Tienen dificultades en mayor o menor grado para acceder a la información a través de la lectura; y esas dificultades pueden aumentar a la hora de demostrar lo que conocen tras leer un texto.

La inteligencia no se ve afectada por la dislexia. 

Las personas con dislexia suelen ser muy creativas y pueden resolver problemas de manera eficaz.

Según el CIE-10, las personas con dislexia manifiestan de forma característica dificultades para recitar el alfabeto, denominar letras, realizar rimas simples y para analizar o clasificar los sonidos. Además, la lectura se caracteriza por las omisiones, sustituciones, distorsiones, inversiones o adicciones, lentitud, vacilaciones, problemas de seguimiento visual y déficit en la comprensión, (OPS, 1997).

Su identificación se realiza mediante un diagnóstico psicopedagógico.

Cada persona con dislexia es diferente y necesita su método de aprendizaje específico y de tipo multisensorial (audiovisual, dibujos, juegos, etc.).

¿Qué podemos hacer?

Ante la sospecha de dificultades en lectoescritura u otras dificultades en el aprendizaje, el primer paso de la familia ha de ser hablar con el tutor/a que le atiende en el colegio. Posteriormente, el tutor/a, con lo expuesto por la familia y sus propias observaciones solicitará por escrito una valoración al equipo de orientación del colegio.

Además, siempre es bueno descartar problemas de salud subyacente que puedan afectar su capacidad de aprendizaje, como problemas visuales o auditivos, los cuales se consultarán al pediatra o médico correspondiente.

Antes de que se lleve a cabo la evaluación, es probable que el orientador/a del centro realice una entrevista a la familia con preguntas sobre su hijo/a y lo que observa:

  • Su estado general de salud.
  • Lo que crees que debe cambiar
  • Cómo realiza las tareas, cuándo, dónde, con quién.
  • Quién forma la familia
  • Las expectativas que tiene acerca del aprendizaje de su hijo…

La evaluación implica una serie de pruebas para observar:

  • Desarrollo del lenguaje y vocabulario
  • Habilidades de lectura y escritura.
  • Memoria
  • Habilidades de razonamiento lógico
  • Habilidades organizativas
  • La velocidad para procesar la información visual y auditiva.
  • Enfoques de aprendizaje

Una vez que se complete la evaluación, el orientador/a presentará un informe al tutor/a y a la familia, incluyendo las fortalezas, debilidades y recomendaciones para la mejora.

La familia también puede pedir una valoración en algún gabinete psicopedagógico o de un logopeda colegiado; en este caso, los resultados han de ser refrendados y aceptados por el orientador/a del colegio.

Tras la valoración, si se constatan estas dificultades, se comienza a trabajar.

El método de trabajo ha de partir de los intereses del niño ya que los problemas de motivación y de rechazo son muy frecuentes.

Y desde ahí, comenzar por un lado a mejorar el rendimiento en tareas de lectoescritura con un trabajo específico de intervención fonológica y, por otro, a potenciar otras tareas que se les dan bien.

Estas intervenciones deben realizarse de forma estructurada y complementarse con las adecuaciones que se introduzcan en su aula ordinaria, para llevar a cabo por todo el profesorado.

También es útil que aprenda de manera multisensorial. Por ejemplo, a un niño se le enseña a ver simultáneamente la letra D, escuchar su sonido, repetirlo en voz alta y trazar la grafía sobre arena, en el aire…

Normalmente antes de los 8 años no se realiza una evaluación completa para un diagnóstico, pero se pueden llevar a cabo determinadas actuaciones para facilitar y reforzar el aprendizaje e ir viendo la respuesta a la intervención, revisando y completando esa valoración del equipo de orientación.

Si es un adulto y cree ser una persona con dislexia, puede pedir una valoración en un gabinete privado y contactar con la asociación de dislexia más cercana para obtener asesoramiento.

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¿Cuáles son algunos signos o señales de dislexia?

SEÑALES DE DISLEXIA

Dificultad específica de aprendizaje, de origen neurobiológico, de carácter hereditario. Dificultades en el reconocimiento preciso y fluido de las palabras y problemas de ortografía y decodificación. Problemas para el procesamiento de letras y números.

Estas dificultades son el resultado de un déficit en el componente fonológico y persisten durante toda la vida. La dislexia no se cura, no es una enfermedad.

Se precisa el descarte de trastornos sensoriales (vista-oído), deficiencia intelectual y ámbito social.

4 - 6 años

  • Dificultad para rimar.
  • Retraso en el habla y problemas para recordar ciertas palabras o nombrar objetos.
  • Dificultad en juegos de conciencia fonológica como cambiar una parte o una palabra o con la última sílaba de una palabra formar una nueva palabra que comience por esa sílaba.
  • Dificultad para nombrar rápido palabras de uso frecuente al ver la imagen.
  • Memorizar series de números en el orden que las oyen o ven usando la memoria a corto plazo.

7 - 11 años

  • Rechaza la lectura y escritura.
  • Dificultad para identificar los sonidos asociados a las letras.
  • Dificultad en el deletreo. Dificultad para identificar las letras.
  • Dificultad expresiva, dificultad para trasladar el pensamiento oral al escrito. Confusión de palabras.
  • Problemas para las matemáticas (tablas de multiplicar, series, problemas).
  • Tener dificultades para aprender secuencias, como el alfabeto o los días de la semana.
  • Dificultad para seguir varias instrucciones dadas a la vez.
  • Dispersión atencional, se distraen frecuentemente debido al cansancio producido por el esfuerzo que requiere la lectura y escritura
  • Dificultades para atarse los cordones, ir en bici, coordinar movimientos, confunden izquierda y derecha.

+ 12 años

  • Falta de concentración en lectura y escritura, por el esfuerzo que les supone.
  • Lectura con errores y muy laboriosa siendo lenta, con silabeo, vacilaciones, pérdidas, repeticiones…
  • Durante la lectura y escritura, se producen inversiones, omisiones, sustituciones o adicciones de letras o palabras.
  • Mala letra, grandes dificultades con la ortografía, mala redacción.
  • Problemas de comprensión lectora, interpretan mal la información.
  • Fallo en la memoria inmediata, dificultad para retener datos a corto plazo para trabajar con ellos.
  • Dificultad para tomar apuntes.
  • Gran dificultad para el aprendizaje de lenguas extranjeras.
  • Se pierden frecuentemente, si bien recuerdan un sitio en el que solo han estado una vez.
  • Dificultad para planificar el tiempo y organizar el espacio, trabajar con lentitud
  • Falta de correspondencia entre el tiempo dedicado a los estudios y el resultado.
  • Puede presentar frustración, baja autoestima, depresión, ansiedad…
  • Aversión a la lectura y a la escritura.
selective focus of irritated kid with dyslexia shouting and holding head

¿Qué otros problemas pueden estar asociados con la dislexia?

Algunas personas con dislexia tienen otros problemas que afectan en el aprendizaje en la etapa escolar:

  • Discalculia: Son dificultades específicas en el aprendizaje del cálculo, sumas, restas, multiplicaciones y divisiones, y en ocasiones en la compresión de problemas verbales aritméticos.
  • Disgrafía: Son dificultades específicas en la exactitud de la escritura de palabras, en las habilidades de procesamiento fonológico, a la hora de llevar a cabo la asociación fonema-grafema, en la sintaxis y en la composición que puede estar acompañada de dificultades en los procesos grafomotores, resistente a la intervención.
  • Disortografía: Son dificultades específicas en la aplicación de la ortografía y reglas ortográficas que no afecta al trazado o grafía de la palabra, resistente a la intervención
  • Problemas para concentrarse y poca capacidad de atención (trastorno por déficit de atención con hiperactividad, también llamado TDAH)
  • Problemas de coordinación física (trastorno de la coordinación del desarrollo, también llamado DCD o dispraxia)

¿Cuáles son las causas de la dislexia?

La dislexia tiene un origen neurobiológico.

Existen ciertas alteraciones neurobiológicas que no son graves y que solo parecen afectar a la lectoescritura.

Estas alteraciones no son debidas a causas ambientales, son de origen genético: se da la alteración de ciertos genes relacionados con el desarrollo embrionario que llevan a diferencias estructurales del cerebro de la persona con dislexia respecto a la que no.

La dislexia no está relacionada con la inteligencia de una persona: personas de todas las edades y niveles intelectuales pueden verse afectadas por la dislexia.

¿La dislexia tiene cura?

La dislexia no se cura puesto que no es una enfermedad.

Sin embargo, se pueden realizar muchas intervenciones para ayudar a los niños/as con sus habilidades de lectura y escritura y superar así las dificultades inherentes a la dislexia.

Cuanto menor sea la edad del niño/a, más eficaz será la intervención.

El tipo exacto de intervención necesaria dependerá de la gravedad y características específicas de su dislexia.

Los profesionales de la educación y el diagnóstico que trabajan con el alumnado con dislexia en el centro escolar definen la intervención específica para cada uno, tanto a nivel de adecuaciones en su aula ordinaria como de apoyo específico de la maestra de Audición y Lenguaje (AL) o logopeda con intervenciones que se centran en las habilidades fonológicas, que también se conocen como la capacidad de identificar y procesar los sonidos de las palabras.

Adicionalmente pueden beneficiarse de asistir a un centro especializado (pedagogo, logopeda, psicopedagogo) como actividad complementaria.

Falsos mitos acerca de la Dislexia

Repetir curso será la mejor opción: el alumnado con dislexia no necesita hacer de nuevo lo mismo para mejorar, sino tener unas adecuaciones en el aula ordinaria que le permitan aprender y demostrarlo.

Si hacemos adaptaciones metodológicas les hacemos diferentes: las adecuaciones que precisan no rebajan la exigencia curricular sino que contemplan su dificultad específica y eliminan obstáculos innecesarios para su aprendizaje.

Las personas con dislexia escriben en espejo: en una fase inicial del aprendizaje de la lectoescritura muchos niños escriben así y el alumnado con dislexia no siempre arrastra este error durante más tiempo.

Los zurdos tienen predisposición a la dislexia: no presenta relación, hay personas con dislexia zurdos y también diestros.

Si no tiene más de 7 años no tiene dislexia: el diagnóstico se puede realizar después pero siempre hay que realizar una detección y una intervención lo más temprana posible, desde el primer signo de alerta.

Cuando era pequeño tenía dislexia: la dislexia no desaparece con la edad; la persona con dislexia siempre porta dicha dificultad pero va creando estrategias que le ayudan a superarla.